Educación

Prof. Juan José Treiyer

 

 

La experiencia trae credibilidad, que aliada al espíritu de innovación garantiza modernidad constante. Hace 137 años que actuamos en la formación de niños y jóvenes, y tenemos tradición… ¡de innovar! Cada día la humanidad sufre con la moda de valores invertidos y de principios que se pierden en medio de las conveniencias. La Educación Adventista va en otra dirección; los métodos de enseñanza se adecuan a los más exigentes conceptos educacionales, mientras los principios y los valores morales que la caracterizan permanecen solidos desde hace más de un siglo. ¿Estás buscando lo mejor en educación, con experiencia y vivencia comprobadas? En los países de Sudamérica, de habla hispana, tenemos más de 150.000 alumnos, distribuidos en 255 escuelas. El futuro de tu hijo es un asunto serio, y nosotros tenemos un fuerte compromiso con él. Esa siempre fue y continuará siendo, nuestra vocación; enseñanza de excelencia, con una base firme. Somos educadores por vocación. Por eso, nuestro compromiso es con el futuro, cuyo alcance transciende la vida académica y profesional. Nuestra misión es ofrecer educación que tenga como objetivo al ser humano de una manera integral. Nuestro sueño es ver en los alumnos el ideal mayor: ciudadanos comprometidos, solidarios, emprendedores, listos para la vida social, pero, sobre todo, aptos para ser ciudadanos del Reino de Dios..

“Educación Adventista significa mucho más que enseñar en un colegio. Es promover los valores cristianos utilizando la educación como vehículo. Para mí es un gran privilegio trabajar en este ministerio”.  

 

 

A su izquierda podrá encontrar una escuela en la patagonia y toda Argentina

 


Ver Red de colegios Adventistas en Argentina en un mapa ampliado

 

 

Misión

Promover, a través de la educación Adventista, el desarrollo integral del educando, formando ciudadanos comprometidos con Dios, la patria y la comunidad..

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Visión

Ser un sistema educacional reconocido por su excelencia, fundamentado en principios bíblico-cristianos.

¿Quién nunca soñó con el futuro? Desde de que nacemos comenzamos a mirar hacia adelante, intentando entender, desvelar, planear, cambiar, conquistar o, simplemente, vivir.

El futuro está siempre allí, en nuestro imaginario. Los niños sueñan en crecer, completar el próximo año escolar, concretar sus deseos... Los adolescentes sueñan con la universidad y buscan razones para las elecciones que hacen. Cuando completan sus estudios, continúan los sueños con su carrera, el autoperfeccionamiento y el progresar, siempre hacia adelante. Los adultos sueñan en volver a ser jóvenes. El ciclo se repite. Cuando somos padres, por ejemplo, anhelamos un futuro brillante para nuestros hijos, y sus sueños pasan a ser nuestro compromiso. Por otro lado, el futuro presenta desafíos, anhelos y preocupaciones bien reales. Lo que podemos prever con seguridad es que la educación sigue siendo la base para un mañana mejor. Los países desarrollados descubrieron eso hace mucho tiempo e invierten grandes recursos en esa área. Finalmente, niños y jóvenes bien preparados son la garantía de una sociedad más desarrollada, justa e igualitaria.

Por eso, como educador, padre e integrante de esta red mundial de educación, creo en una sociedad mejor, formada por niños, jóvenes y adultos que vivan la ciudadanía plenamente, basados en principios y valores.

En todas las culturas, países y credos, los valores morales son reconocidos, sobre todo cuando se conjugan con el conocimiento académico. Esa es la base de nuestra educación: principios cristianos regidos por una lógica mayor, centrada en el ser humano y en su eterno desarrollo. Podemos mirar confi adamente hacia el futuro, con ese compromiso pensamos en nuestros estudiantes. Edgard Luz Director de la Red de Educación Adventista para América del Sur